Como suele
ocurrir con los periodos consecutivos, se rechaza o niega lo anterior: si el
clasicismo era mesura y equilibrio, el romanticismo es desproporcionado en
afectos y odios.
El piano del
siglo XIX era ya un instrumento totalmente diferente del que conoció Mozart.
Perfeccionado, era capaz de producir un sonido pleno y firme a cualquier escala
dinámica y de responder a la perfección a las exigencias expresivas y
virtuosísticas.
Permite la mayor expresividad a
los compositores, que son, muchas veces, virtuosos de este instrumento.
piano del clasicismo
piano del romanticismo
Frederic Chopin:
le gustaba el clavicordio y se dedica
sólo al piano.
Por lo que da a luz nuevas formas musicales
tales como los nocturnos, las baladas, mazurcas. Recibe la influencia de
Paganini; prueba de ellos son sus estudios op.10. Se podría decir que prolonga
el movimiento de los alemanes del norte.
clavicordio
Franz Liszt: Mientras éste admira a Beethoven, Chopin lo hace a
Mozart; mientras a Chopin le gustaba solo tocar en pequeños auditorios, Liszt
era el primero en tocar sin partitura en recital.
Con Liszt nos encontramos ante bloques de sonoridad que
recorren todas las posibilidades que nos ofrece el instrumento de la época. La
idea de rol es fundamental, lo que impresiona de él es la energía y fuerza que
tenía en el escenario, destacando por llevar al piano todos los recursos
posibles:
-destacan sus escalas cromáticas
en ambas manos recorriendo todo el teclado,
- trazos de octavas al unísono,
-utilización del diseño cantábile
en ambas manos con notas dobles,
-sus reminiscencias continuas al
arpa
El dio a conocer muchísima música
que de otro modo no nos hubiera llegado. Así como transcribió a piano muchas
obras sinfónicas.
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